domingo, 22 de noviembre de 2015

Ni contigo ni sin ti.

No me gustas.
De veras que no. Desde el primer día que te vi, desde el momento en que abriste tu apestosa bocaza para soltar una de esas perlas que tan nerviosa me ponen. No te soporto.
Eres un ser infantil, superficial y maleducado. Antes nunca habría querido conocer a nadie como tú; mucho menos tenerle de amigo; por favor, ¡ni hablar de ser su novia! Todavía hay momentos en los que evito verte, ocasiones en las que mi cara refleja sin querer lo mal que me caes, días en los que tu presencia me pone enferma.
Cualquiera diría que nos conocemos desde hace tiempo, nadie podría suponer que incluso somos amigos.
A mí también me cuesta entenderlo a veces.
Quiero decir, te odio.
Pero te amo.
Joder, te amo mucho.
No entiendo por qué, en serio no lo entiendo, pero de algún modo no puedo estar sin ti. Me falta algo si no estás tú: algo espantoso, algo que me sana y que antes no estaba allí. ¿Cómo he podido ignorar que no estaba hasta ahora?, ¿cómo he podido vivir sin ello? Mierda, no lo sé… Ni siquiera sé qué digo, ni siquiera sé qué hago pensando estas estupideces, pero es la verdad.
Tú me sanas, tú le das algo a mi vida que la hace mejor. Tú eres el motivo por el que me levanto media hora antes cada mañana; lo hago para poder quedar contigo en el portal e ir juntos al instituto. Lo hago porque así me siento mejor, lo hago porque me haces feliz.
Joder, te odio por eso.
Te odio porque no lo entiendo, no comprendo lo que me pasa. No puede ser que sienta algo tan puro por ti cuando a la vez hay momentos en los que no puedo ni verte; no puede ser que quiera protegerte de esos líos en los que te has metido por tu inmadurez, esa que me exaspera; no entiendo cómo puedo quererte tanto, a un cretino como tú.
Ni por un segundo puedo llegar a comprender qué tienen tus ojos, qué es eso que tanto me maravilla en tu mirada, esa que me observa justo ahora… mientras me hablas de cuánto te preocupa que la gente te vea vestido con ropa de mercadillo.

Qué asco de tío.

6 comentarios:

  1. Me ha gustado, aunque también me produce emociones encontradas xD
    No puedo evitar pensar que esto nos podría ocurrir a cualquier y, aunque no me ha pasado, me he sentido identificada con ella xD
    Está genial, como siempre ^^
    ¡Un beso!

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    1. Jajaja seguro, aunque no sé si tan exagerado...
      Gracias :)
      Un besito ^^

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  2. Hola Irene. De nuevo por aquí.

    Los polos opuestos se atraen, incluso se complementan. Pero en este caso yo diría que ese chico es como una droga que no puede dejar y que a la larga la irá consumiendo poco a poco. Lo veo como un amor adolescente, una chica que se ha quedado embobada del físico de un chico y antepone eso a la personalidad de éste. Y lo que siente no es amor, sino cariño por el tiempo que llevan juntos. No quiere dejarlo porque su mundo se cierra en él, no vé más allá. Pero existen un montón de chicos maravillosos ahí fuera que la harían mucho más feliz si tuviera fuerza de voluntad para dejar esa droga que es ese chico.

    Besitos y abrazos.

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  3. Sí ^^ Hola.
    Quizá lleves razón, la verdad es que no me he planteado nada más allá de este relato.
    Besos :)

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